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Errores o dificultades de velocidad lectora

     Leer muy deprisa produce errores de exactitud (inversiones, omisiones, sustituciones,…). Leer con excesiva lentitud dificulta la comprensiĂłn. Bajo esta dimensiĂłn de la velocidad en la lectura se encuadran los siguientes errores o dificultades:

Silabeo o lectura silĂĄbica:
     Consiste en leer sĂ­laba a sĂ­laba. Un excesivo nĂşmero de fijaciones oculares propicia que no se abarquen mĂĄs sĂ­labas o la palabra entera de un solo “golpe de vista”.

VocalizaciĂłn:
     Se denomina tambiĂŠn labializaciĂłn y consiste en la repeticiĂłn verbal de las palabras a medida que se va leyendo.

SubvocalizaciĂłn:
     Consiste en pronunciar mentalmente las palabras que se van leyendo.

SeĂąalado:
     Constituye un hĂĄbito de apoyo indicador para guiar o direccional la lectura. Suele hacerse utilizando el dedo o el lĂĄpiz para “no perderse” en los renglones.

RegresiĂłn:
     Este defecto lector consiste en la relectura de palabras y frases debido a los errores cometidos en la primera lectura o en pĂŠrdidas de la fijaciĂłn ocular.

Una baja velocidad lectora puede estar ocasionada por algunos de estos errores.

     Otras dificultades lectoras que inciden en la velocidad son:
Los cambios de lĂ­neas (perderse entre renglones) por problemas del dominio visual.
Los movimientos de cabeza o hĂĄbito de mover la cabeza desplazando acompasadamente hacia la derecha a medida que se va leyendo, en lugar de desplazar Ăşnicamente los ojos.


     Los siguientes ejercicios estĂĄn todos orientados a desarrollar unos adecuados hĂĄbitos lectores y a subsanar algunos errores seĂąalados anteriormente.

Lectura silabica:
     Ejercicios de reconocimiento de sĂ­labas: estos ejercicios serĂĄn seguidos por aquellos alumnos que presenten dificultades de reconocimiento silĂĄbico, consistirĂĄ en ofrecer sĂ­labas aisladas escritas sobre una tarjeta y leerlas cronometrando el tiempo invertido.

Ejercicios de globalizaciĂłn:
     En la lectura se ha de realizar un anĂĄlisis visual de la palabra pero sin llegar al silabeo. El alumno analizarĂĄ la palaba visualmente y tendrĂĄ que leerla en una sola emisiĂłn (no pronunciarla hasta que no sepa su significado). El profesor debe impedir la lectura silĂĄbica, dando un golpe o con una llamada de atenciĂłn cada vez que el alumno comience a silabear. Y sĂłlo podrĂĄ continuar cuando la lectura haya sido realizada de forma global.

SeĂąalas la palabra con el dedo:
     UtilizaciĂłn de una regla: se le ofrece un texto y una regla, a ser posible transparente. AsĂ­ el niĂąo tiene ambas manos ocupadas en trasladar la regla a travĂŠs del texto e ir descendiendo conforme se avanza.

     Ofrecer una lĂĄmina de plĂĄstico transparente con una raya horizontal que la atraviese: La lĂ­nea puede ser sustituida en un segundo momento por una lĂ­nea de puntos e ir disminuyendo su nĂşmero hasta llegar a una configuraciĂłn de sĂłlo varios puntos. Progresivamente se irĂĄ habituando al alumno a dejar de utilizar estos recursos hasta conseguir su extinciĂłn.

Movimientos de cabeza:
     Una de las tĂŠcnicas consiste en elegir textos con letras de tamaĂąo grande y separar la lectura unos poco de la cara del niĂąo; desde esa posiciĂłn, con el texto alejado, se hace innecesario el giro de la cabeza. En etapas posteriores se acercarĂĄ progresivamente el texto al sujeto.

     Leer con la cabeza apoyada entre ambas manos. Desde esta posiciĂłn el propio alumno puede controlar los movimientos de cabeza que realiza.

Movimiento de labios al leer
     Colocar los dedos sobre los labios. Este sencillo ejercicio puede ser suficiente para que el niĂąo perciba su movimiento.

     Morderse suavemente los labios o la lengua, darle un lĂĄpiz para que lo ponga entre sus labios cuando aparezca el movimiento.

Ejercicios de identificaciĂłn rĂĄpida:
     Consisten en observar una o unas palabras modelo durante breves instantes (entre 10 y 15 segundos) y localizarlas de entre un listado amplio de palabras. Se pretende con ello agilizar la visiĂłn de rastreo, mejora del campo visual, mejorar la percepciĂłn guestĂĄltica de la palabra (su silueta o contorno) y motivar al lector por la inmediatez de la autocorrecciĂłn.

Ejercicios de rastreo visual:
     Consisten en realizar barridos visuales en oblicuo o zig-zag, saltĂĄndose algunos renglones y no realizando fijaciones oculares sobre una determinada palabra sino deslizando la vista sobre la parte superior de las palabras hasta detectar un objetivo propuesto (localizar un dato, una palabra, una idea, etc.)

Ejercicios de visiĂłn perifĂŠrica:
     Consisten en fijar la vista en un punto o palabra central y sin realizar ninguna otra fijaciĂłn intentar abarcar con la vista la mayor amplitud posible. Se pretende lograr un entrenamiento de nuestro campo visual.

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