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Estrategias que generan seguridad y confianza en nuestros alumnos

En las dos Ăşltimas publicaciones hemos estado analizando las conductas desafiantes de los alumnos y cĂłmo abordarlas, ahora veremos algunas estrategias que generan seguridad y confianza en los alumnos y evitan las conductas desafiantes.




1.- Entablar relaciones sociales personalizadas.

Establecer una relaciĂłn personalizada con todos los alumnos y alumnas del aula no es siempre fĂĄcil. La tensiĂłn del grupo y la preocupaciĂłn por mantener el orden en el aula pueden desbordarnos, impedirnos entablar una relaciĂłn personal con cada uno de los niĂąos y niĂąas que lo integran, y dirigirles una serie, a veces interminable de comentarios negativos: “cĂĄllate”, “no toques”, “muĂŠvete”, “apĂşrate” (Hudson, 2000) que constituyen, en muchos casos, todos los mensajes que les dirigimos.

Sin embargo, la marcha del grupo se modifica cuando las maestras entablan una relaciĂłn personal con cada uno, cuando lo lideran con una actitud de proximidad, complicidad y cercanĂ­a. Por ello, Hemmeter, Ostrosky, Santos y Joseph (2003) nos recomiendan aplicar las siguientes estrategias:


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☆ Saludarlos por su nombre cuando entran a clase.

☆ Enviar a su familia notas positivas sobre su desempeĂąo.

☆ Mostrar expresiones frecuentes de afecto y complicidad (abrazos, “chĂłcalas”, guiĂąos y seĂąas con el pulgar para reconocer el esfuerzo y/o el logro).

☆ Mostrar empatĂ­a.

☆ Invitar a los padres y madres a clase para hablar sobre sus hijos e hijas.

☆ Prestarles una atenciĂłn especial cuando lo necesiten.

☆ Escuchar sus opiniones y tener en cuenta sus preferencias.

☆ Asegurar la participaciĂłn de todos los alumnos y alumnas en las actividades del aula. Promoverla captando su atenciĂłn mediante la comunicaciĂłn no verbal y el tono de la voz, ofreciendo oportunidades para participar, marcando con claridad su turno de intervenciĂłn, despertando su curiosidad, llamĂĄndoles por su nombre, estableciendo contacto ocular, etc.

☆ Dedicarles tiempo, escucharles y compartir sus juegos.

☆ Mostrar respeto, consideraciĂłn y ternura.


2.- Optimizar la calidad de la comunicaciĂłn.

La comunicaciĂłn es uno de los mejores medios que podemos utilizar para establecer una relaciĂłn de confianza con el alumnado. Es importante que todos ellos se sientan escuchados y ofrecerles oportunidades de expresiĂłn. Cuidaremos la comunicaciĂłn no verbal pues los niĂąos y niĂąas captan el mensaje mĂĄs por lo que ven (movimientos de cejas, sonrisas, etc.), que por lo que oyen (Department for Education and Skills, 2004).

Paniagua y Palacios (2006) apoyan esta afirmaciĂłn. Defienden que se debe prestar tanta importancia al quĂŠ, como al cĂłmo de la comunicaciĂłn y enfatizan la importancia de adoptar un estilo comunicativo caracterizado por la expresividad, la capacidad de escucha, la cesiĂłn de la iniciativa del protagonismo de los intercambios comunicativos a los niĂąos y niĂąas, y la utilizaciĂłn frecuente del estĂ­mulo, en detrimento de las correcciones.

Junto a ĂŠl, Manolson (1992) propone aplicar las siguientes tĂŠcnicas para optimizar la comunicaciĂłn en la escuela y en el contexto familiar:

☆ Prepararnos para compartir el momento y centrar nuestra atenciĂłn en los niĂąos y niĂąas olvidĂĄndonos de otras preocupaciones.

☆ Asegurar que cada uno tenga su turno de comunicaciĂłn, aunque en ocasiones repitan lo que ya se ha dicho.

☆ Dedicarles tiempo y atenciĂłn durante los momentos en los que no manifiestan conductas desafiantes. Deben contemplarse tiempos para compartir sus juegos, actividades, intereses, logros y preocupaciones.

☆ Observar para compartir intereses, ajustarse al estilo comunicativo y al nivel de desarrollo de cada uno.

☆ Utilizar tĂŠcnicas de escucha activa: ponerse cara a cara, mostrar empatĂ­a, parafrasear o imitar si es pequeĂąo, resumir o interpretar lo que trata de decir, seguir el tema de conversaciĂłn.

☆ Cederles el protagonismo en los intercambios comunicativos y dejarles tomar la iniciativa.

☆ Promover el desarrollo del lenguaje.


3.- Motivar para explorar el mundo.

Para mantener viva la curiosidad y las ganas de aprender, Ministry of Education (1998) y Trevarthen (2002), entre otros, recomiendan:

☆ Promover experiencias de aprendizaje compartido.

☆ Hacer del aprendizaje una actividad atractiva mediante el diseĂąo de experiencias creativas.

☆ Ayudar a los niĂąos y niĂąas a adquirir confianza en sĂ­ mismos como aprendices.

☆ Adoptar la perspectiva de los alumnos y alumnas intentando comprender cĂłmo ven el mundo en el que se encuentran.

☆ Basar el aprendizaje en la comunicaciĂłn.

☆ Promover su participaciĂłn.

☆ Proporcionar numerosas oportunidades para jugar, hacer cosas, representar ideas utilizando distintos medios, experimentar, descubrir.

☆ Proporcionar sĂłlo la ayuda que necesitan.

☆ Plantear sus objetivos en la zona de desarrollo prĂłximo, mediante la identificaciĂłn de quĂŠ es lo que el niĂąo o la niĂąa estĂĄ preparado para aprender o lograr con la ayuda de la maestra.

☆ Establecer vĂ­nculos entre los nuevos aprendizajes y su experiencia previa.

☆ Utilizar una metodologĂ­a que permita a cada uno avanzar a su ritmo.

☆ Formular preguntas que les hagan razonar.

☆ Compartir los objetivos de aprendizaje con las familias.

☆ Creer en sus posibilidades de aprender. Los maestros que muestran su confianza a los niĂąos, les ayudan a crecer. Los que no lo hacen, reducen sus posibilidades de desarrollo (Linaza, 2006).

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